La segunda provincia más extensa de España se encuentra en Extremadura, colinda con la vecina Portugal y está surcada, en parte, por el río Tajo. El valor patrimonial que atesora la provincia de Cáceres es incalculable. Son muchos los espectaculares enclaves en esta tierra de grandes conquistadores.
Te proponemos cinco citas que no puedes perderte
El Parque Nacional de Monfragüe
Este espacio protegido con una extensión de casi 18.000 hectáreas ya podía presumir en el año 2019 de ser uno de los más visitados, con más de 450.000 visitantes. Declarado parque natural en 1979, cuenta también con la categoría de reserva de la Biosfera desde 2003 y, en 2007, fue reconocido como parque nacional.
Se trata de una verdadera joya de la naturaleza que ofrece impresionantes espectáculos como el vuelo de diversas aves entre las que se encuentran el buitre, el alimoche, la cigüeña negra y el mismísimo águila imperial.
Antes de adentrarte en esta maravillosa experiencia puedes consultar la guía que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico disponible en su web. Es también recomendable optar por alguna de las rutas ofertadas por empresas turísticas que incluyen rutas 4×4 e itinerarios muy interesantes.
Monasterio de Yuste
Ubicado en la comarca de la Vera, cerca del municipio Cuacos de Yuste, el Monasterio de Yuste fue, tras abdicar, la residencia de Carlos I de España y V de Alemania hasta su muerte.
Fue declarado Patrimonio europeo en 2007 y es la sede de la ceremonia de entrega del Premio Europeo Carlos V, presidida en cada una de sus ediciones por el Rey. Se trata de un galardón que reconoce a personas, organizaciones, proyectos o iniciativas que hayan contribuido al conocimiento general y engrandecimiento de los valores culturales e históricos de Europa o al proceso de integración de la Unión Europea.
El Monasterio de Yuste, un Bien de Interés Cultural, que data de 1402, fue destruido por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, pero su reconstrucción, iniciada por la Dirección General de Bellas Artes en 1949, consiguió respetar al máximo su diseño original. La visita a este maravilloso enclave, que puede realizarse de martes a domingo por un precio de 7€, permite descubrir estancias tan valiosas como el Cuarto Real, la iglesia y los Claustros Gótico y Renacentista.
Además, el entorno privilegiado en que se encuentra te permite organizar rutas naturales como la del Trabuquete, o acercarte a ver espectáculos impresionantes como los que ofrecen la cascada del Diablo, la garganta Mayor o la garganta de Cuartos.
Valle del Jerte
La experiencia de observar más de un millón de cerezos en flor es única. Esta estampa, tan singular como efímera, solo dura unos veinte días, tiene lugar entre marzo y abril y atrae a miles de visitantes.
El hecho de que los cerezos, casi de forma sincronizada, florezcan y creen una especie de manto visual que contrasta con el verde de la zona convierte este fenómeno en algo especial y, desde luego, bellísimo.
Pero la floración del cerezo no debería alienarnos tanto como para obviar todo aquello que ofrece este deslumbrante lugar.
El espectáculo de la otoñada en este privilegiado enclave es también una experiencia muy recomendable, que además viene acompañada de un intenso programa de actividades culturales y tradicionales incluidas degustaciones gastronómicas. La zona es un área de interés ornitológico y natural que incluye diversas rutas de avistamiento y deportivas.
Guadalupe
Incluido en la red de Los Pueblos Más Bonitos de España, el municipio debe su nombre, según cuenta la leyenda, a una talla de la virgen María hallada por un pastor en el río Guadalupe a finales del siglo XIII, lo que motivó que en el lugar se construyera una ermita entorno a la que surgió Puebla de Santa María de Guadalupe. Realidad o ficción, la cuestión es que el santuario en honor a esta virgen se convirtió en el destino de peregrinación más importante de España después de Santiago de Compostela.
Hoy, la Virgen de Guadalupe es patrona de Extremadura y el Monasterio de Santa María de Guadalupe, uno de los monumentos de visita obligada, es Patrimonio de la UNESCO y está considerado como uno de los mayores símbolos de la región.
Pero son muchos más los atractivos que ofrece Guadalupe, no en vano a mediados del siglo pasado fue declarada Monumento Histórico Artístico gracias a sus hitos arquitectónicos, urbanísticos y culturales.
Entre otras maravillas que deben visitarse está la antigua judería con sus casas porticadas o la espectacular Plaza de Santa María de Guadalupe, rodeada de casas de arquitectura medieval y presidida por una fuente con la pila bautismal que Cristóbal Colón utilizó para bautizar a los indios traía de América. Además, merece también una visita el Arco de Sevilla, uno de los accesos de la muralla defensiva decorado con preciosas flores.
Trujillo
El paso de las distintas civilizaciones ha dejado una valiosísima huella en este municipio extremeño. El imaginario colectivo envuelve a este lugar de un halo épico por ser la cuna de grandes conquistadores durante el descubrimiento de América. Entre ellos se encuentra Francisco Pizarro, conquistador del Perú, cuyo monumento ecuestre se yergue en la Plaza Mayor de la localidad. Su casa natal, hoy convertida en la Casa-Museo Pizarro, es un lugar de interés donde podrás ver documentos, enseres y objetos del histórico personaje.
El centro, catalogado como Conjunto Histórico-Artístico, cuenta con un patrimonio arquitectónico único conformado por espectaculares iglesias y palacios renacentistas que se construyeron en la época de esplendor en la que tanto oro llegaba procedente de América.
Algunos de sus monumentos están protegidos. Es imprescindible la visita a su Castillo, un antiguo alcázar árabe construido entre el siglo IX y el XIII. Otra visita de interés es la Iglesia de San Martín de Tours, una belleza que combina estilos arquitectónicos renacentistas y góticos. También es obligada la parada en El Alcázar de Luis Chaves el Viejo, un antiguo palacio donde se alojaron los Reyes Católicos en 1477 y 1479.
Trujillo, además de ser un lugar de gran valor histórico y arquitectónico, cuenta con una ubicación cuyo entorno natural es también privilegiado. Por si fuera poco, su gastronomía no se queda atrás, destacando platos típicos como las migas extremeñas, la torta del Casar, el zorongollo, la manteca colorá o el exquisito jamón ibérico.
Estupendo el reportaje de Extremadura y muy completo conozco muy bien esa zona y está escrito de tal manera que no falta ningún detalle, enorabuena 🤗👍