La legendaria Route 61 es conocida como la Autopista del Blues, aunque debería apodarse la autopista de la música americana. Un viaje inolvidable de más de 1.000 kilómetros de Norte a Sur de Estados Unidos, siguiendo el río Mississippi. Desde Nashville (Tennesee) hasta Nueva Orleans (Lousiana). Allá donde el country, el soul, el blues, el rock&roll y el jazz se asoman en cada curva del camino. A ambos lados de esta fascinante travesía están los lugares de nacimiento de las grandes leyendas de la música americana, los estudios de grabación más emblemáticos y tiendas de vinilos que son como museos musicales. También algunos de los mejores lugares para disfrutar del sabor de la auténtica comida sureña.
Y si no quieres conducir, prueba a atravesar EEUU del Pacífico hasta el Atlántico en tren!
Nashville, la cuna del Country
El viaje comienza en Nashville (Tenessee), conocida como la Ciudad de la Música con sus más de 120 salas de conciertos. Es la cuna del Country, una de los estilos musicales más genuinamente americanos, que cada semana puede disfrutarse en el legendario show Grand Ole Opry. Entre las atracciones culinarias de Nashville, destaca su famoso pollo frito. Puedes disfrutarlo al más clásico estilo americano en cafeterías como Swetts.
Memphis y la leyenda de Elvis Presley en la Route 61
Con el estómago lleno es el momento de tomar la carretera hacia el suroeste, en dirección a Memphis. Es la ciudad donde se forjaron estrellas míticas como Elvis Presley, Aretha Franklin, Johnny Cash o Jerry Lee Lewis. Con el ritmo de sus canciones en la punta de la lengua, puedes dirigirte al Stax Museum of American Soul Music. Está situado en el edificio que antes ocupó la mítica Stax Records. Después, no te olvides asomarte a Beale Street a escuchar a sus talentosos músicos callejeros. ¿Aún te queda apetito? no te pierdas los sabrosos sandwiches de carne de cerdo desmenuzada o los beef brisket (carne de pecho de buey) que sirven en lugares como el Tops Bar-B-Q.
Ground Zero, un club mítico en Mississippi
La siguiente parada nos lleva a Tunica (Mississippi), apodada «la puerta del blues». Allí te asombrará la belleza del delta de este río que a todos nos recuerda las aventuras de Tom Sawyer. Muy cerca, en Clarksdale, está el singular Ground Zero Blues Club, propiedad del conocido actor Morgan Freeman. En él suelen tocar los mejores músicos del momento. Otra buena recomendación musical es The Hopson Plantation Commissary. Está ubicado en un histórico edificio que se mantiene casi intacto después de más de 50 años y que formaba parte de una antigua plantación de algodón de la zona.
Nueva Orleans, embriagadora
La guinda de este mítico viaje por la Route 61 está como siempre al final, en la maravillosa Nueva Orleans. Una ciudad nacida de la mezcla de las influencias francesas, españolas, cubanas y criollas. Date un paseo de compras por Magazine Street y visita el conocido Garden District. Te asombrará la belleza de las mansiones de auténtico estilo sureño repartidas por este sombreado barrio repleto de robles.
Y, como no, la cita obligada es el French Quarter. El lugar emblemático que ha inspirado a infinidad de músicos, escritores y artistas. ¿Un bocado perfecto a esta hora del día? Los deliciosos beignets espolvoreados con azúcar que sirven en lugares históricos como el Café du Monde, acompañados de un buen café con chocolate. La última parada antes de despedirnos de la Route 61 es obligatoria: jazz en directo en la afamada Bourbon Street. ¡No te olvides de comprar tu armónica!