El nacimiento vivo más antiguo de la región es reconocido con el sello autonómico y resulta finalista en el certamen de Ferrero Rocher de pueblos con mayor “brillo” navideño
Sin perder de vista la pandemia, la sociedad comienza a zambullirse en el periodo navideño y sus celebraciones, reencuentros y escapadas, a la búsqueda de esos momentos especiales que dan verdadero sentido a la vida frente a las obligaciones y el frenético trasiego de la rutina.
Una Navidad si cabe aún más ansiada, después de que la anterior estuviese fuertemente marcada por las restricciones frente al coronavirus Covid-19 a la espera de la vacunación efectiva de la población.
Gracias al avance en la materia, las fechas navideñas han recuperado su oferta de eventos y atractivos singulares, como es el caso del emblemático Belén Viviente del municipio onubense de Beas, abierto de nuevo al público desde el 4 de diciembre después de que su 51 edición fuese suspendida en 2020 a cuenta de la pandemia.
Esta nueva edición del Belén Viviente de Beas, creado en 1970 por la Hermandad de Nuestra Señora de la Virgen de los Clarines y considerado el nacimiento vivo más antiguo de Andalucía, se celebra además con el aliciente de que el Consejo Andaluz de Turismo ha aprobado recientemente la declaración del evento como Acontecimiento de Interés Turístico de Andalucía por la tradición que atesora y la media de 20.000 personas que anualmente asisten al mismo, la mayoría procedentes de las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla y también del Algarve portugués.
El Belén Viviente de Beas, que desde 1984 se celebra en una nave de más 1.500 metros cuadrados construida expresamente por la hermandad y habilitada a modo de poblado organizado en torno a un gran lago central; está protagonizado principalmente por los niños del municipio, que recrean escenas de la tradición navideña y de las costumbres onubenses acompañados de animales y con decorados formados por mobiliario antiguo, aperos y artesanía local.
EL PRINCIPAL «PRODUCTO TURÍSTICO DE BEAS”
Se trata, sin lugar a dudas, “del principal producto turístico de Beas”, según explica Diego Lorenzo Becerril, alcalde de este municipio de 4.341 habitantes según la última edición del padrón municipal, que como ha sido señalado cosecha hasta “20.000 visitantes” cada Navidad.
Tal es así, según el alcalde de Beas, que durante sus semanas de celebración constituye un producto turístico de impacto “equiparable” al de la famosa Gruta de las Maravillas, enclavada en Aracena, declarada como Lugar de Interés Turístico de Andalucía y cuyas formaciones de estalagmitas, coladas y lagos jamás dejan de impresionar; y del Muelle de las Carabelas, ubicado en Palos de la Frontera y que acoge las réplicas de La Pinta, La Niña y La Santa María, las naves de la expedición con la que el navegante Cristóbal Colón cambió la historia del mundo.
Es decir, en sus fechas de celebración, el Belén Viviente de Beas se sitúa a la altura de “los principales recursos turísticos” de la provincia de Huelva, que cuenta con grandes atractivos como los parajes y municipios del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche; o el entorno del Parque de Doñana, declarado Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad y un lugar de indiscutible belleza como expresión viva de la naturaleza.
A ello se une, según remarca el alcalde, que durante las fechas del Belén Viviente el municipio ofrece además “una enorme feria” de artesanía y productos gastronómicos locales como dulces tradicionales, miel o aceite; así como celebraciones flamencas, música en directo, exposiciones o rutas de senderismo.
DISFRUTAR EL “DÍA COMPLETO” EN EL MUNICIPIO
Toda esta “programación lúdica y cultural”, como destaca Diego Lorenzo Becerril, permite a Beas ofrecer a las familias “disfrutar de un todo un día completo” de entretenimiento navideño y convertir a la localidad en un destino preferente en estas fechas.
Esta 51 edición del Belén Viviente de Beas, como apunta el alcalde, se vive de manera especial no sólo por la restitución del evento tras la suspensión de 2020, sino por el “enorme espaldarazo” derivado de la aprobación de su declaración como Acontecimiento de Interés Turístico de Andalucía, a lo que se suma que el municipio ha sido finalista en el certamen de la famosa marca de bombones Ferrero Rocher de pueblos con especial “brillo” navideño, ganando así Beas incluso más proyección.
Eso sí, el alcalde de Beas reconoce que la edición de este año es todavía “atípica”, pues por las prevenciones frente al Covid-19, todos los figurantes del Belén Viviente son mayores de 12 años frente a la tradición de que lo protagonice el sector infantil, para garantizar que los participantes del evento cuenten con la pauta completa de la vacuna, además de que han sido reducidos el número de figurantes y el aforo, también a modo de precaución.
En cualquier caso, la localidad celebra sin duda la recuperación de este evento en cuya organización y desarrollo trabajan o colaboran unas cien personas, -con especial papel de la Hermandad de Nuestra Señora de la Virgen de los Clarines, actualmente presidida por Ana Hurtado-; no sólo por lo que implica en términos de tradición sino además por su repercusión económica.
Y es que este municipio cuyo ayuntamiento cuenta con un presupuesto anual de algo menos de cuatro millones de euros, como indicativo económico, ingresa unos 300.000 euros cada Navidad sólo por las entradas al Belén y los gastos de los visitantes en la hostelería, según el alcalde. “Para los bares y restaurantes es el principal mes del año”, zanja el primer edil, agregando que prácticamente todas las familias de Beas “están implicadas de una manera u otra” en este evento.
LA CABALGATA DE HIGUERA DE LA SIERRA
Huelva cuenta además con otros belenes vivientes que bien merece la pena visitar, como recuerda de su lado la vicepresidenta del Patronato Provincial de Turismo, Modesta Romero, mencionando los que se celebran en Puerto Moral e Higuera de la Sierra, localidad esta última que ofrece además su afamada Cabalgata de Reyes Magos. El cortejo real higuereño, el segundo más antiguo de España al remontarse su origen a 1918, está protagonizado por vecinos del propio municipio que encarnan a personajes de la tradición navideña, totalmente estáticos sobre las carrozas, atrayendo también el turismo navideño.
Por la localización de ambos municipios, Modesta Romero expone que el conjunto de los pueblos de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche “nota mucho” el crecimiento de las visitas durante la Navidad, al ofrecer dicho entorno atractivos adicionales como las recientes ferias del Mosto de Los Marines y de la Castaña en Castaño del Robledo, por ejemplo.
“Hay eventos navideños en casi todos los pueblos”, asegura Modesta Romero sobre las localidades de la comarca de la Sierra, recordando que la zona cuenta con recursos turísticos y culturales de peso específico como Almonaster la Real, cuya arquitectura tradicional y su mezquita le han procurado el sello de Los Pueblos Más Bonitos de España por la asociación promotora de dicha distinción; la Peña de Arias Montano y las Cuevas de Alájar, monumento natural de indiscutible valor paisajístico caracterizado por sus cavidades con estalactitas y lagos; o la ya mencionada Gruta de las Maravillas.
Destaca igualmente por su singularidad, como indica Romero, el enclave arqueológico de la ciudad romana de Arucci/Turobriga, ubicado en Aroche y único yacimiento romano visitable en la provincia de Huelva; si bien prácticamente toda la comarca de la Sierra de Aracena está repleta de “lugares muy vistosos y llamativos para conocer” en estas fechas, según remarca.
UNA NAVIDAD “DIFERENTE” EN EL ROCÍO
En paralelo, la vicepresidenta del Patronato Provincial de Turismo de Huelva recuerda que una de las tradiciones navideñas más arraigadas y de mayor demanda es la de celebrar la Nochebuena y/o el Año Nuevo en la aldea almonteña de El Rocío, que ofrece “una forma muy diferente de vivir la Navidad” en este espacio de culto y fervor a la Virgen de la Blanca Paloma a las puertas del parque de Doñana.
Se trata de una costumbre que moviliza a visitantes no sólo de la provincia de Huelva, sino además de otros lugares de Andalucía y España, indica Modesta Romero, destacando que la aldea de El Rocío supone un lugar especial para vivir la Navidad de un modo íntimo pero siempre “compartiendo con los amigos” y familiares, pues es con ellos con quienes cobran todo su significado estas fechas.
