Un paseo de 500 años: la Sevilla de la Iª Vuelta al Mundo en la Sevilla de hoy
Paco Cerrejón
@PacoCerrejon
2 de marzo de 2021
Un paseo de 500 años: la Sevilla de la Iª Vuelta al Mundo en la Sevilla de hoy

Hace casi un año, en enero de 2020, antes del Covid incluso, una nao Victoria a medio montar, como si fuese un juguete de Lego, remontaba pausadamente el río y pasaba bajo el puente de los Remedios. Apenas pocos centímetros separaban el navío de chocar con los bajos del puente, así de justa iba. Pocos días después la nao quedaba anclada y montada al completo a pocos metros de la Torre del Oro, lista para su disfrute por todo aquel que quisiera y quiera ver en qué tipo de barco dieron la vuelta al mundo Juan Sebastián Elcano y sus 17 hombres, supervivientes de los casi 250 que salieron de Sevilla en 1519. Una vez en la nao es imposible no asombrarse, resulta muy difícil asumir que en esos pocos tablones de madera calafateados se pudo a lo largo de tres largos y sufridos años dar la vuelta al mundo. Para comprender aún mejor que fue y que supuso aquella gesta imposible, junto a la nao se encuentra el Centro de Interpretación de la Iª Vuelta al Mundo , pequeño aunque intenso museo en el que la misma nao es la que nos narra con una acertada museografía, el viaje que empezó Magallanes y acabó Elcano.

 

A apenas cien metros, al otro lado del río, como en la canción de Jorge Drexler, y 502 años atrás de la llegada de esta réplica de la Nao Victoria, el 10 de agosto, entre lo que hoy es la plaza de Cuba y el Club Labradores se hallaba el conocido como muelle de las mulas o las muelas, aún hay dudas del nombre exacto. Aquel día Magallanes subía a la nao Trinidad, capitana de la armada de la especiería que él comandaba. Lentamente las cinco naos que componían la hoy mítica flota, comenzaban a separarse del muelle e ir río abajo, hacia Sanlúcar de Barrameda primero y hacia el mundo después. Hoy una placa de cerámica a pocos metros del agua, en el Club Labradores, recuerda esa salida y en la misma plaza un monumento recuerda también el origen de la que sería la Iª Circunnavegación.

Entre la nao Victoria actual, anclada ahora en el río y aquel muelle ya desaparecido, se yergue, tanto ayer como hoy la Torre del Oro (Borg al-Dsayeb fue su nombre árabe), testigo mudo e impasible tanto de la salida como del retorno del único viaje mítico y real al mismo tiempo. Testigo de 800 años de Historia y de historias y que hoy es además museo naval de la Armada. La visita a las entrañas de la Torre es un recorrido por su historia y por el papel histórico de la Armada española por todos los mares del globo. Las vistas desde su terraza panorámica justificarían por sí mismas la visita a la torre. Es incomprensiblemente uno de los museos sevillanos menos conocidos.

 

Esta misma Torre vería regresar pocos días después del ya mencionado 10 de agosto a Magallanes, quien habiendo dejado las 5 naos de su armada en Sanlúcar de Barrameda para que terminaran de avituallarse antes de partir hacia el Atlántico, vuelve a Sevilla a dictar testamento (perdón por la tristeza). Sus pasos lo dirigieron al Real Alcázar donde vivía con su mujer, Beatriz Barbosa, hija del alcaide del mismo Alcázar. Allí entonces como hoy, sigue el rumor del agua en las fuentes. Trescientos años antes de Magallanes, y 800 de nosotros, Alfonso X mandaba construir el Palacio Gótico, por el que hoy, con algo de imaginación, se pueden compartir los pasos que 5 siglos antes diera Magallanes mientras comprobaba cómo rápidamente iba cogiendo forma su plan, y el del cartógrafo loco Ruy Faleiro, de llegar a la especiería por el oeste. El plan de una travesía que sin buscarlo acabó redondeando toda la tierra y que acabaría costándole la vida al navegante portugués. El Alcázar es sin duda uno de los grandes monumentos de una ciudad llena de ellos y su vinculación con Magallanes le suma aún más atractivo a sus piedras, fuentes y jardines. Y es la misma Beatriz Barbosa quien les muestra el real complejo en las visitas teatralizadas que actualmente se pueden disfrutar.

 

En sus idas y venidas del puerto al Alcázar una parada obligada para el portugués era la Casa de Contratación, creada en 1503 por una Real Provisión de los Reyes Católicos. En sus despachos y siguiendo la orden del nieto de las católicas majestades, Carlos I, se pondría en pie el proyecto de la Armada de la Especiería. El hijo de éste, Felipe II, ordenó construir un edificio que diera más que digno cobijo a la documentación y a los escribanos y demás trabajadores de la Casa. Fueron 14 años de construcción, de 1584 a 1598. Casi doscientos años después, en 1785 y siguiendo la orden esta vez de Carlos III, se crea, recogiendo la herencia de la Casa de Contratación el Archivo de Indias. El citado Archivo y el histórico y magnífico edificio que lo sigue cobijando son hoy visitables, siendo una cita ineludible si se quiere conocer la Sevilla que vivieron Magallanes y Elcano, sobre todo si se tiene en cuenta que este Archivo cobija casi toda la documentación original que generó aquel viaje.

 



Formando, ayer y hoy, impasible ante los siglos, un triángulo con el Archivo y el Alcázar está la Catedral. En ella, dentro de sus emocionantes inmensidades, en una de sus capillas se encuentra hoy la Virgen de la Antigua. Hace 500 años los supervivientes de la travesía rezaron ante ella para dar gracias por su regreso. Supervivientes que acababan de cruzar el río pues su primera parada tras desembarcar de la nao Victoria fue en Triana para caminar descalzos hasta la virgen de la Victoria y ante la que se postraron tal y como hicieron tres años antes, pocos minutos antes de embarcar en las 5 naos. Si hace 500 años la talla de la Virgen de la Victoria se encontraba en el convento de la Victoria hoy sigue en Triana aunque a pocos metros, en la iglesia de Santa Ana mandada a construir en 1266 también por Alfonso X el Sabio.

 

Para volver a Sevilla desde Triana, hace 500 años debía pasarse bajo la mala sombra del Castillo de la Inquisición, hoy pasamos junto al mercado de Triana y eso que ha ganado, la ciudad, sus habitantes y sus visitantes. Si quieren ponerle banda sonora a este paseo, pongan Fidelio de Beethoven, que se desarrolla en una prisión en las afueras de Sevilla, el autor seguramente se inspiraría en ésta que nos ocupa.  Por aquellos tiempos debía cruzarse por el puente de las Barcas, hoy pasamos por el de Triana, mucho más seguros y con una de las mejores vistas del río, desde donde además puede verse anclada, hoy como ayer, la Nao Victoria y junto a ella la Torre del Oro.

Centro de Interpretación de Magallanes
Foto: Pepo Herrera

Una vez cruzado el puente se puede pasear por los bajos del Paseo de Colón, donde estaba el llamado arenal de Sevilla, aunque en este caso es mucho más difícil hacerse una idea de cómo era esa zona de la ciudad cuando vio partir a Magallanes y a Elcano, tanto ha cambiado la fisonomía de la ciudad en este enclave. Afortunadamente el ilustrador Arturo Redondo con el asesoramiento del historiador Fernando Olmedo, ha recreado esa y otras zonas de la ciudad y también de la Sanlúcar de Barrameda de aquella época, en una serie de ilustraciones que se pueden ver en varias de placas diseminadas por los lugares la ciudad vinculados con el viaje. Se puede seguir mediante códigos QR de cada placa y en la web Magallanes en Ruta. Esas mismas ilustraciones y algunas más junto a fotografías actuales de los lugares ilustrados conforman dos de las exposiciones virtuales incluidas en el espacio dedicado a la Vuelta al Mundo de la web del Google Arts Institute. Es recomendable visitar las dos exposiciones virtuales, la de hace 500 años y la actual, antes de emprender el paseo que se propone en este artículo, así es mucho más fácil imaginarse la ciudad de hace 5 siglos. Y si aún no fuera bastante para terminar de imaginar la ciudad que fue, varias empresas culturales ofrecen visitas guiadas y teatralizadas a estos lugares vinculados a la gesta.

Si seguimos por la orilla del río y tras saludar de nuevo a la Nao y a la Torre del Oro y pasar junto al monumento dedicado a Juan Sebastián Elcano, llegamos al Muelle de las Delicias, que si bien no tienen vinculación histórica con la época que nos ocupa sí que acoge el Acuario de Sevilla, dedicado al Viaje de Magallanes y Elcano. Bajo el título Lo que Magallanes no vio podemos ver en vivo precisamente eso, lo que aquellos marinos no vieron en sus viajes o que apenas vieron (el recuerdo que los tiburones dejaron a Pigafetta es prueba de que algo sí que vieron). Desde los peces propios del Guadalquivir hasta los que habitaron bajo las Naos en el Atlántico y en el Pacífico. Un complemento magnífico a la visita más patrimonial. Y tampoco está de más aprovechar la oportunidad para pararse un segundo a pensar como eran entonces los mares y como son ahora, plásticos mediante.

 

Es muy fácil a día de hoy, en medio de la conmemoración de los 500 años de su aventura, seguir en Sevilla las huellas de Magallanes y Elcano. Monumentos, museos, rutas, instituciones y las propias calles jalonan una ciudad en la que su pasado está muy presente, lo que ayuda al caminante a perderse tanto en sus calles como en su Historia. Y también a reivindicarla y darla a conocer. Sevilla posee y sigue mostrando para aquel que quiera y sepa mirar, un pasado abrumador, en el cual tiene un peso protagonista el haber sido inicio y fin de la expedición que consiguió la Iª Circunnavegación, algo que no sucedió por casualidad, sino por el peso económico y geoestratégico que tenía la ciudad en el siglo XVI y de lo que dan fe monumentos como la Torre del Oro, el Alcázar, la Catedral o el Archivo de Indias, que 500 años después siguen recordándonos un pasado en el que entre otros logros, se unió por primera vez a toda la Tierra.

 

Un pasado al que contemplar paseando desde el presente

Un comentario sobre “Un paseo de 500 años: la Sevilla de la Iª Vuelta al Mundo en la Sevilla de hoy

  1. Antonio Pérez Rodrigo dijo:

    Muy bonita la historia de Sevilla de hace medio siglo, sus monumentos como la Torre de Oro, el Alcázar, Archivo de Indias y el barrio de triana con sus fabricas de Ceramicas, pasadizos que comunican con nuestro famoso rio Guadalquivir, puente de triana, tambien la Nao Victoria, Magallanes y el Cano y un sinfín de hist.de Sevilla.

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