Reconozco que he tardado, pero por fin he dado con esa frase de Virginia Woolf que mencionaba en la segunda entrega de este reportaje y que hacía alusión a los viajes y a los libros. La explicación de que haya tardado tanto en encontrarla es que no pertenece a Virginia Woolf, sino a Emily Dickinson… Nada, cosas que me pasan. En definitiva, la frase en cuestión dice lo siguiente:
“Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”
Y nosotros seguimos preguntando a autores, editores y libreros en qué nave concreta se montarían para irse de vacaciones. Estas son sus respuestas:
Pedro Ugarte
Pedro Ugarte piensa “en algunos cuentos de Nabokov, anteriores a su aventura americana: una sociedad cosmopolita de melancólicos emigrados rusos y vividores aristócratas europeos, que coincidían en balnearios alemanes y, meses después, de nuevo, en playas vascofrancesas u hotelitos italianos. Todo mundo imaginario es irreal, claro, pero quiero creer que en ese “periodo de entreguerras” prosperó una casta que intercambiaba dramas personales en una abigarrada jerga idiomática donde el inglés, el ruso, el francés o el alemán se mezclaban, en el lujoso comedor, a la espera de la próxima remesa de faisán relleno de foie”. Dicho lo cual, añade que Primavera en Fialta “sería el cuento que mejor evocaría ese mundo”.
Mª José Barrios
Desde la librería Casa Tomada de Sevilla, María José Barrios nos confiesa que le fascinaría “pasar una temporada en la casa de Atlas descrito por el cielo, de Goran Petrović, a la que sus habitantes han arrancado el tejado para vivir directamente bajo las estrellas. Un refugio que el mundo exterior, su orden y sus reglas, no se atreven siquiera a perturbar, donde las historias se mezclan, entran y salen, atraviesan la realidad y la fantasía, la vigilia y el sueño, de un modo que te hace pensar que, si te lo propones, puedes hacer que todo eso sea la misma cosa”.
Juan Casamayor
Por su parte, Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma, hace bueno el dicho aquel de “Como en casa, no se está en ningún sitio” y se decanta por uno de los últimos libros de su catálogo: Ustedes brillan en lo oscuro, de Liliana Colanzi, flamante Premio Ribera del Duero de Relatos. “Estas vacaciones me decanto por un libro que brilla: los hombres y las mujeres conviven en un pasado de volcanes y estrellas, de divinidades y alumbramientos con un presente de revoluciones y dictaduras, de desastres medioambientales y energéticos, de feminicidios y desaparecidos, de tecnología y comunicación vertiginosa. Liliana Colanzi brilla desde ese centro andino, mestizo y universal para trasladarnos a un tiempo que se expande y se contrae, a un espacio de partículas oscuras y radiantes que se mezclan en nuestra lectura”. Al parecer, a Juan le gustan las emociones fuertes incluso en vacaciones…
Juan Aparicio Belmonte
Juan Aparicio Belmonte, en cambio, no lo tiene muy claro a priori. Sostiene que la elección “es difícil, porque las novelas suelen estar llenas de conflictos a menudo indeseables (pues, si no, no habría historia). Creo que viajaría a las distintas ciudades que aparecen en La vida exagerada de Martín Romaña, de Alfredo Bryce Echenique. En la novela aparece Lima, Perugia y París…” Aunque eso no es lo importante, dice. Lo mejor del libro “no son los escenarios urbanos, sino el buen humor atmosférico. Y todas esas ciudades se hacen deseables gracias al buen humor del libro”. Un argumento irrebatible, ¿verdad?
Olga y Paco
Olga y Paco, editores de la exquisita Candaya, piensan instalarse en La parcela, primera novela escrita por el poeta Alejandro Simón Partal, quien ganó, con La fuerza viva, el Premio Internacional de Poesía Arcipreste de Hita, “y eso se nota”, afirman.
Nos cuentan que se trata “de una novela de campus universitario, situada en el sur de Francia y muy manchada de realidad (la precariedad, la emigración, la extranjería, los abusos de clase, la enfermedad…), que va derivando en un conmovedor relato (¿o poema?) sobre la fragilidad: sobre los perturbadores legados familiares, la soledad, el deseo, la traición, el desamparo, la derrota…”
Y están convencidos de que el autor lo consigue “por su apuesta por el extrañamiento, por el compromiso con la belleza —con una belleza austera y despojada— de muchas frases, casi versos, casi aforismos”. Aquí unos ejemplos: “uno espera que en cualquier momento irrumpa un criminal ensangrentado o un caballo triste”, “el dolor ajeno es la nacionalidad más temida”…
Nerea Riesco
Por último, al consultarle por sus preferencias a Nerea Riesco, nos contesta con rotundidad: “Si tengo que ir de vacaciones, elijo volver al colegio”. ¿Al colegio?, le preguntamos extrañados. ¿Quién quiere volver al colegio en vacaciones?… Y nos aclara: “Para ser más concretos, al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Quiero irme de tiendas al callejón Diagon y entrar en Olivanders para que me elija una varita. Quiero volar en escoba, o sobre un dragón, o un hipogrifo. Quiero sentarme en el comedor junto a un fantasma Casi Decapitado, comer empanada y pudin de Navidad, y beber cerveza de mantequilla. Esperando estoy a que la lechuza me traiga la carta”.
Ah, vale, así sí merece la pena la vuelta al cole.
¿Y tú, querido lector, querida lectora? ¿Ya has pensado a qué libro te vas a ir de vacaciones este verano? La oferta es casi infinita y de lo más variada. Así que aprovecha: lee y disfruta, valga la redundancia.