Prudencio Cortés compitiendo. Crédito de foto: Julio Soriano Díaz
Prudencio Cortés, campeón de España y Andalucía de enganches tras sólo cinco años en la competición oficial
El implacable avance del siglo XXI y el frenético progreso tecnológico dibujan nuevas realidades deportivas, como la introducción del árbitro asistente de vídeo (VAR) en el fútbol profesional, la incorporación de frenos de disco a las bicicletas de carretera de competición o el auge de los ciberdeportes o torneos de videojuegos.
Esta creciente tecnificación del mundo del deporte ocasiona quizá que cada vez cobre mayor valor el papel de las disciplinas más arraigadas a lo tradicional o vinculadas con las costumbres e identidades culturales.
Es en ese marco, en el que Prudencio Cortés de la Miyar, quien el pasado otoño ganaba el campeonato de España de enganches de caballos en la categoría de troncos, destaca que el enganche “es casi tan antiguo como la propia civilización”, pues “antes incluso de la invención de la rueda, se descubrió que los animales podían tirar de elementos” y servir de “ayuda” a los seres humanos en muchas tareas.
“A lo largo de la historia, el enganche ha servido para transportar viajeros y mercancías y hasta la irrupción del automóvil, era el principal medio de transporte”, enfatiza Prudencio Cortés, recordando que el enganche de caballos forma parte de la historia de la humanidad “a todos los niveles”.
El flamante campeón de España de enganches en la categoría de troncos en la competición nacional celebrada el pasado mes de octubre en Salteras (Sevilla), con la concurrencia de más de 30 participantes de comunidades autónomas como Andalucía, Extremadura, Galicia, Navarra o Valencia, no inaugura su vitrina de trofeos.
Y es que como él mismo detalla, en su palmarés figuran sus puestos de subcampeón de la Copa Andalucía en 2020, subcampeón de Andalucía en 2021, la medalla de bronce de la Copa Andalucía en 2021, el título de campeón de Andalucía en 2022 y el mencionado trofeo de campeón de España de este último año; así como sus títulos de campeón de Andalucía por equipos en 2021 y 2022 y de España también en 2022.
APENAS CINCO AÑOS EN LA COMPETICIÓN OFICIAL
Una indiscutible cosecha de títulos, acrecentada por el hecho de que este onubense vecino de Cortegana comenzó a competir en el enganche deportivo hace apenas “cinco años”, como él mismo rememora. Es más, su victoria en el campeonato nacional cobra aún más importancia, al tratarse de la primera ocasión en la que competía en ese rango.
Porque según sus palabras, todo comenzó con su “afición” inicial al enganche tradicional, es decir los coches de caballos de carácter “histórico” utilizados para pasear en “fiestas, ferias y romerías”, como “museos rodantes” cuyos desfiles engrandecen indudablemente tales eventos, dado el “cuidado patrimonial” del que gozan estos vehículos de tracción equina.
A partir de esa experiencia, según Prudencio Cortés, dio el “salto” al enganche deportivo, disciplina abarcada por la Real Federación Hípica Española y en la cual, como destaca el onubense, “los caballos son los absolutos protagonistas” de esta categoría que conjuga “velocidad, destreza, doma, concentración” y, especialmente, una excepcional coordinación para que los animales, el cochero y su “groom” o asistente “funcionen como un único elemento”.
Prudencio Cortés junto a José María Navarrete. Crédito de foto: María Gómez
Es en este punto en el que Prudencio Cortés destaca el papel que juegan en ese todo sus dos yeguas, bautizadas como Ananke y Tácora, su “groom” José María Navarrete y su entrenador, Manuel Morón. Todos conforman un equipo, asegura este campeón de España.
En el caso de sus yeguas, según explica recuperando la idea del “protagonismo” de los caballos en este deporte, se trata de “animales que entrenan diariamente para estar en forma y muy preparados tanto física como mentalmente” para las competiciones.
EL “BINOMIO” ENTRE COCHERO Y CABALLOS
Y por supuesto, en el éxito en tales pruebas tiene especial peso “la relación entre el cochero y sus caballos”, que deben funcionar como “un binomio”, extremo que sólo se consigue “a base de muchas horas juntos, entrenando y preparando” cada una de las 15 o 20 citas que componen el circuito nacional de competición.
“Hay una relación muy fuerte de confianza y cariño entre caballo y cochero. Ambos nos necesitamos al cien por ciento para lograr el éxito en las pruebas”, enfatiza el flamante campeón de España de enganches, exponiendo que los caballos son “animales con mucha fuerza y poderío”, cuyo dominio sólo es posible a base de mucho trabajo junto a los mismos.
Más allá de lo “abrumador” de haber ganado el Campeonato de España al primer intento de hacerse con el título, Prudencio Cortés traslada su fuerte deseo de que su victoria sirva para visibilizar el mundo del enganche deportivo. Como él mismo explica, se trata de una competición con grandes atractivos, al combinar “velocidad, destreza e incluso peligro real”, es decir que hablamos de un deporte cargado de “emoción”, al que invita a “acercarse” para disfrutarlo en todo su esplendor.
También dedica su “idílico” doble triunfo en los campeonatos de España y de Andalucía a su familia y amigos, por tanto “apoyo” prestado a cuenta de las exigencias del enganche como deporte.
Crédito de foto: María Gómez
UNA “PASIÓN” POR EL ENGANCHE A FUERZA DE SACRIFICIO
Porque según precisa, pese a su inmensa “pasión” por el enganche no es un deportista “profesional” en el sentido estricto del término, ya que compagina dicho deporte con su empleo y se ve obligado a sacrificar su tiempo de ocio y descanso para los entrenamientos.
Como ejemplo, Cortés detalla que sólo los desplazamientos de ida y vuelta desde su domicilio en Cortegana hasta el picadero especializado en el que entrena en Manzanilla, implican hasta tres horas de viaje en coche, pues tales localidades están separadas por mas de 105 kilómetros y su conexión más rápida la constituyen una carretera autonómica y otra nacional.
Todo un esfuerzo que como los hechos atestiguan, ha merecido la pena para este campeón de España de enganches, cuya mera conversación refleja claramente su entusiasmo sincero por este deporte y su invitación a aproximarse al mismo para conocer sus atractivos, como exponente del histórico nexo que une a seres humanos y caballos.
